I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

martes, 19 de marzo de 2013

Capítulo 20. ¿No te importa?

Narra Ane.
Despierto confusa, sintiendo como me duelen todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo. Me extraño aún más cuando caigo en la cuenta de que estoy en el suelo, y mucho más cuando siento que no estoy completamente congelada. Ya ni hablar de cuando siento un brazo rodear mi cintura. Por un momento tengo la necesidad de chillar, asustada por encontrarme así con alguien, ya que dormir...en dormido en muchos sitios. Las fiestas se descontrolan muchas veces, pero nunca me despierto con nadie a mi lado. Entonces caigo en la cuenta de quien es el que me rodea y, aunque no me relaje del todo (ya que es bastante extraña la situación) al menos no tengo el miedo de haber perdido las bragas o algo por el estilo.
Así que nos quedamos dormidos, nos quedamos dormidos en el suelo, yo acomodada contra él y él abrazándome con gentileza pero aún así fuerza, como si temiera que fuera a escapar. 
No puedo evitar sonreír débilmente, ignorando por completo las ideas que pasan por mi cabeza, recordándome una vez más lo que pasó la última vez que me sentí así. Llevo una de mis manos a su mejilla, por el momento tan pálida como el resto de su rostro, cosa poco habitual, ya que normalmente está colorada hasta límites insospechados, y acaricio con suavidad. Veo cómo él hace ligeras muecas, ya que aunque se encuentre en el quinto sueño, siente mi caricia, finalmente acaba por sonreír, todavía con los ojos cerrados y dejando salir suaves suspiros. Aparto mi mano con cuidado de su mejilla para llevarla hasta su pelo, dejando que mis dedos vaguen tranquilamente, peinando y despeinando los mechones rubios. Ante ésto, él gruñe mientras se acerca a mí, como si no quisiera que parara, y por descontado, mi sonrisa se amplia.
Lástimas que estas cosas nunca duren tanto como deberían.

--¿Ane? ¿Se puede?

Se escucha la voz de mi madre al tiempo que unos toques en la puerta. Me levanto de un golpe, sin tener en cuenta el brazo de Niall, que cae como un peso muerto al suelo, y a pesar de ello, él sigue dormido, con una mueca ahora de molestia, pero dormido.

--Mierda-mascullo para mí misma, esperando que no me haya oído mi madre-¿Puedes esperar un segundo, mamá?
--Está bien... ¿Te pasa algo?-pregunta extrañada.
--No, no-No, solo el chico con el que ayer me viste morreándome y por el que diste por hecho que iba a follarme detrás de cada seto está durmiendo en el suelo. Pero oye, al menos los dos tenemos la ropa puesta. ¿Qué hay para desayunar? pienso mientras pienso en cómo levantar a Niall con toda la delicadeza posible-Todo bien, un segundo.

Escucho otro "Está bien" aún más extrañado que el anterior, y me acuclillo al lado de Niall. Sí, se ve muy tierno y muy mono, pero no es momento para cosas bonitas, por lo que solo le sacudo de un brazo, tratando de no ser demasiado brusca.

--Niall. Niall despierta-prácticamente le pido, con cierta desesperación. Él solo emite un gruñido como respuesta.
--Es muy pronto-responde con la voz bastante más grave de lo que recordaba que ayer tuviera, rasgada a causa del sueño, y demasiado alta como para que mi madre no lo haya escuchado. 

Le chisto tapándole la boca, haciendo que él abra los ojos confundido. Aún con sus labios cubiertos por mi mano, puedo sentir cómo sonríe ampliamente, y dice bajo mi mano un "Buenos días" que me habría encantado escuchar en otras circunstancias.

--Sí, buenos días, mi madre está al otro lado de la puerta y quiere pasar-le susurro, quitando mi mano de su boca.

Sus ojos se abren con sorpresa, y casi de un salto se pone en pie, estirando su chaqueta, esa que me prestó y se puso de vuelta para poder subir por el árbol con más habilidad.

--¿Qué hago?-susurra nervioso, mirando de la puerta hacia mí y de mí hacia la puerta-¿Me voy? ¿Salgo por la ventana?

Trato de pensar algo con rapidez. ¿Cuál es la mejor opción? ¿Que le vea y se dé cuenta de que soy perfectamente responsable y de que puedo dormir con un chico sin que pase nada? ¿O dejar que se vaya corriendo para que mi madre no se piense cosas extrañas a pesar de lo que le diga?

--¿Cariño?-pregunta mi madre.
--Ane...-Niall también me llama, asustado, dudoso, mordiendo su labio, sin ser capaz de decidir, al igual que yo.
--Pasa mamá-se me ocurre soltar sin pensar, agarrando la mano de Niall con fuerza, como gesto nervioso o simplemente para que no huya y me deje a mí con todo este marrón.

La puerta se abre y mi madre entra. Parece que va a decir algo, pero su boca se queda abierta por una fracción de segundo, antes de cerrarla, con los labios apretados, casi formando una línea. Todo ello por el simple hecho de haber visto al rubio aquí, claro está.
Por un momento ninguno de los tres dice nada. Hay tanta tensión en la habitación que no solo se podría cortar con un cuchillo, sino que casi podríamos saltar sobre la tensión cual cama elástica. Yo aprieto la mano de Niall. Niall me devuelve el apretón. Mi madre solo deja sus labios unidos, mirando nuestras manos, nuestros cuerpos y nuestras caras, supongo que pensando en "lo peor"

--Al parecer eres consciente de todo pero luego haces lo que quieres...-es lo único que dice, con los ojos fijos en Niall, quien no se achanta, pero sin embargo no le sostiene la mirada.
--Mamá, nosotros...-trato de decir, pero ni siquiera me deja terminar la frase.
--El desayuno está hecho-es lo único que dice, antes de darse media vuelta y salir de la habitación.

No soy capaz de respirar profundamente hasta que oigo que está en el piso de abajo. Aflojo mi mano de la de Niall y me giro para verle. Sus mejillas han vuelto al color rojizo, supongo que por la vergüenza del momento.

--Podría haber ido peor ¿no?-susurra, mirándome a los ojos, para ver cómo todavía hay algo de miedo en ellos.
--Tú espera, que todavía queda el desayuno...-digo en un suspiro.

Desde aquí puedo escuchar cómo mi hermano baja las escaleras pesadamente, haciendo resonar sus pasos por toda la casa, o al menos así lo siento yo, de la misma manera en la que siento mi corazón a punto de salirse del pecho. Una reacción tan pacífica de mi madre no es nada bueno, definitivamente.

--Creo que debería irme a casa antes de que tu madre se cabree más-el rubio rompe el pequeño silencio que se había instalado entre nosotros.

Asiento con la cabeza en un suspiro y me abrazo a él con fuerza, llevándome a mí misma la contraria de que debería irse. Apoyo mi mejilla en su pecho y él rodea mi espalda con sus brazos, demostrándome las pocas ganas que quiere de que esto sea así, pero tampoco queda otra. Sube mis manos por mi espalda hasta poder dejarlas en mis mejillas y las acaricia con sus dedos pulgares. Su cara parece volverse más roja a cada segundo, pero supongo que se traga la vergüenza y se atreve a unir nuestros labios, haciendo que encajen al segundo. Está claro que no es la misma clase de beso de ayer, totalmente desastroso y tembloroso, con un montón de ojos mirándonos. Ahora los únicos ojos que me miran son los suyos en cuanto nos separamos con cuidado.
Ninguno de los dos dice nada, pero solo con mirarnos sabemos que hay implícito un "Te quiero". De nuevo suspiro y él deja un beso en mi frente con cuidado.
Bajamos las escaleras casi de puntillas, como si cualquier mínimo ruido fuera a desatar el huracán que está por llegar y nos acercamos a la puerta. Mi madre debe de haber comentado lo que ha visto (aunque seguro que adornado con cosas como "Estaban sin rompa" o algo así) ya que no se oye nada en toda la casa más que los sonidos habituales: el sonido de la tostadora avisando de que ya están hechas las tostadas, el microondas pitando, mi hermano soltando un bostezo cansado y mi padre pasando las hojas del periódico con parsimonia.

--¿Nos vemos luego?-pregunta en voz baja una vez he abierto la puerta.
--Si no deciden castigarme hasta que se vayan o incluso hasta después de ello, sí-respondo esbozando una sonrisa débil, que es devuelta por una llena de pena.
--¿Prefieres que me quede contigo? Así a lo mejor no te regaña tanto.
--No, no creo que fuera a arreglar nada. Pero gracias por el ofrecimiento.
--Entonces hasta dentro de un rato-me dedica una sonrisa algo más amplia, pero todavía apenada, supongo que por el hecho de irse, o por dejarme sola, o porque no me vaya con él, o porque sabe que me van a echar una chapa buena.
--Hasta entonces-me acerco a él para dejar un suave beso en sus labios, que pretendía ser corto, pero aparentemente no es un chico de besos cortos, ya que de nuevo me coge por la cintura y evita que me separe de él.
--Te quiero-susurra contra mis labios, antes de separarse ligeramente.
--Y yo a ti...un poquito-sonrío divertida mientras me separo de él.

Él niega con la cabeza divertido y se da media vuelta, dispuesto a irse a casa, con las manos en los bolsillos tal y como pretendía irse ayer, pero ahora lo hace con una sonrisa, una que sé que lleva partiendo su rostro de lado a lado aunque no le esté viendo nada más que la espalda. Espero hasta que solo veo de él una pequeña mancha al final de la calle y acto seguido cierro la puerta.
Cojo aire, cierro los ojos y me preparo para lo que tenga que pasar. De esta manera camino hasta la cocina, donde puedo ver como todos están sentados en la mesa. En cuanto pongo un pie en la estancia, todas las miradas se dirigen a mí: la de mi hermano a través de sus gafas, con una sonrisa ladeada y una ceja alzada, que tiene toda la pinta de estar diciéndome "Te la has cargado con todo el equipo; mi padre por encima de las gafas de lectura y al mismo tiempo por encima del periódico, transmitiéndome más o menos lo mismo que mi hermano, sin querer meterse mucho en el asunto; por último mi madre, que frunce el ceño y parece querer mirar detrás de mí, como si no se creyera que Niall se ha ido.
Decido sentarme en la silla que está junto a la de mi hermano, viendo mi taza de leche con Cola Cao y unas tostadas, me sorprendo al ver como a mi lado queda un sitio libre, donde también hay un desayuno preparado. Así que esperaban que Niall desayunara, supongo que para echarle la bronca junto a mí, así por ser igualitarios.Por un momento, parece que va a ser un desayuno normal y corriente, silencioso, pero al menos sin problemas, hasta que claro, se le ocurre abrir la bocaza al monicaco que tengo como hermano.

--Así que...una noche ajetreada...

Le pego una patada por debajo de la mesa mientras bebo de mi taza. Con el tiempo he adquirido la suficiente práctica como para hacer ambas cosas al mismo tiempo, y él, como no, a fingir lo suficiente como para que mi padre me mire con una ceja alzada. Esta vez no es ninguna excepción.

--Tu hermano no ha dicho ninguna mentira-mi madre mete baza, cómo no, mirándome con ambas cejas alzadas, esperando que confiese. Como si anoche me hubiera dedicado a robar bancos o a asesinar a gente.
--No pasó nada-me excuso.
--Pero estaba en tu cuarto-mi madre continúa. 

Mi padre y mi hermano parece que se retiran de la conversación, centrándose en sus desayunos respectivos. Mi hermano todavía sonríe divertido, y sabe perfectamente que esta se la devolveré, puede que no hoy ni mañana, pero se la devolveré...

--Bueno, tú también has estado en mi cuarto, y papá, y Javier, incluso Martha... ¿eso significa algo?
--Lo de Martha no lo pondría yo tan en duda...-mi hermano masculla, y de nuevo le doy una patada.
--¿Envidia de que me hable a mí más que a ti?-le pregunto con una falsa sonrisa. Él admite su derrota sentimental con Martha, sus celos y se calla de nuevo.
--No es lo mismo-mamá continúa, puedo ver cómo un ceño fruncido empieza a surcar su frente.
--¿Por qué no?-me encojo de hombros, como si nada, porque esa es la verdad: no tiene la menor importancia.
--Habéis dormido juntos.
--¿Y qué? ¿Acaso ahora no se puede dormir en esta casa?
--No con un chico al que has conocido hace dos días, si es que acaso llegan a ser dos días-siento como la voz de mi madre comienza a elevarse, producto del enfado. En cualquier otra circunstancia incluso podría haberme achantado o incluso asustado, pero esta vez solo me molesta.
--¿Acaso importa cuando le haya conocido? Que por cierto, fue hace más de dos días. Ahora es mi pareja y punto, si quiero dormir con él, voy a dormir con él.
--Claro, y la mañana que te levantes con un bombo y él se haya largado, pues también ¿no? Todo bien, vale.
--En primer lugar, solo hemos dormido. Solo dormir. Ya está, deja de ser una histérica-espeto, sintiendo el enfado subir desde mi estómago hasta mi pecho-En segundo lugar, dudo bastante de que él vaya a dejarme, y mucho menos en caso de haberme dejado embarazada.
--Tú eso no lo sabes.
--Bueno, tú tampoco.

Mi madre se levanta de la mesa, arrastrando la silla y dando un golpe contra la mesa. Imito su gesto, retándola con la mirada, pero ella solo aprieta los dientes y se va hacia el salón. Por mi parte me quedo callada, de pie frente a la mesa de la cocina. Miro a mi padre que rápidamente esconde la mirada tras el periódico y acto seguido a mi hermano, quien está todavía centrado en su desayuno, con el ceño algo fruncido, supongo que todavía algo molesto por haberle restregado lo obvio. Al ver que ninguno de los dos va a decir nada más, yo también salgo de la cocina. 
Subo a la habitación y rápidamente agarro el móvil, pensando en a quien llamar para desahogarme, para convencerme de que ya queda poco, de que se van a ir y me van a dejar sola, de que no voy a tener que soportar mucho más tiempo todo esto y de que no merece la pena ponerse como un basilisco por esto. Pienso en llamar a Niall, pero no sería justo cargar contra él, mucho menos después de todo lo que le he liado, con Harry no tengo suficiente relación, mucho menos con los otros tres, así que mi mejor amiga es la solución. Tarda en cogérmelo, y cuando lo hace, no me da la mejor de las noticias.

Narra Martha.
Y aunque él no lo vea, o no lo sienta, yo tengo la seguridad de que esta ha sido la definitiva.
Si es que de verdad siente algo por mí más allá de la amistad, no lo está demostrando, porque sí, está muy bien que tu pareja sea tu mejor amigo, que puedas contarle lo que sea, reíros de las mismas tonterías y pasasle el día haciendo la nada o haciéndolo todo y sentiros cómodos; pero no...no esto... Casi parece que él no quisiera esta relación, que se había confundido conmigo, que en realidad solo quería que fuéramos amigos, pero que por no perderme, dijo que me quería y que quería esto, y está claro que se equivocó.
Sentados en la cama de su habitación, él tiene entre manos un libro. Lo lee tranquilo, como si nada hubiera pasado, yo solo le observo, esperando que diga algo, que me diga lo que ya sé: que estoy se ha acabado, al menos de manera sentimental. Pero nada. Él y ese libro que ni siquiera sé de quien es o de qué va.

--Harry...-le llamo, y él aparta su mirada del libro para ponerla en mí, esperando a que prosiga. Cojo aire, lo suelto y en el proceso me atrevo a decir-¿Quieres que cortemos?

Veo cómo él frunce su ceño mientras cierra el libro. Se incorpora en la cama, sin dejar de mirarme de esa manera y deja el libro a un lado. Parece estar procesando las palabras, esas simples palabras que a mí me han roto por dentro, pero que he controlado para que salgan lo más neutrales posibles.

--¿Quieres romper?
--No, no he dicho que yo quiera-aparto la mirada, llevándola al edredón de la cama, ese que he visto pasar de Winnie de Pooh a Spiderman y de Spiderman a este color oscuro y liso. De nuevo tengo que coger aire y al mismo tiempo valentía para continuar la frase-He preguntado si tú quieres hacerlo.
--¿Por qué querría hacerlo?-aunque no le vea, sé que debe de estar mirándome confundido.
--Porque...bueno... No sé, antes sólo éramos amigos y...de repente resulta que sientes algo por mí, justo después de haber roto con una novia de la que no me habías hablado nunca. Es...un poco extraño ¿sabes?
--No, no...yo... no es eso, es solo...-balbucea, sin llegar a decir nada claro, pero yo le evito el mal trago, porque a pesar de todo, mis sentimientos sí que son reales.
--Oye, que no importa-trato de sonreír, mientras alzo la mirada para poder verle-Seguimos siendo amigos y ya está ¿vale?
--¿Y ya está?-sus ojos se abren por la sorpresa-¿No...no te importa?
--Bueno, no voy a a hacer una fiesta para celebrarlo...-trato de sonar sarcástica, pero no me sale tan natural como a Ane, mucho menos en estas circunstancias-Pero no quiero que estés saliendo conmigo si no es lo que quieres.

Por un momento ninguno de los dos dice nada. Él agacha la mirada, mordiendo su labio inferior, y yo trato de mantener la compostura y no derrumbarme delante de él.
En el fondo, me esperaba que esto acabase así, no tan pronto, pero al fin y al cabo así.

--Dios, eres la mejor-es lo único que dice.

Se acerca a mí y me da un gran abrazo, uno el cual devuelvo, sintiendo las lágrimas llenar mi ojos, pero no dejo que ninguna salga. Apoyo mi nariz contra su hombro, sintiendo su perfume de siempre, de ese que, al igual que su edredón, ha ido cambiando y madurando a través de los años, pero que no quita que sea 100% Harry.

--¿Entonces todo está bien? ¿No estás enfadada?
--No, claro que no-la voz se me parte un poco y eso hace que él se separe de mí para mirarme con tristeza. De todas maneras yo intento sonreír.
--Oye...no estés triste-me susurra, acariciando mi mejilla-No significa que no te quiera más que como a una amiga, lo hago ¿sabes? Pero... es un poco complicado.
--Ya, prefieres a la rubia de la foto-respondo con voz ahogada, aún tratando de sonreír-No importa.
--No es que la prefiera...
--De verdad que no importa-le interrumpo-Así está bien, solo...solo hagamos como si no hubiera pasado ¿está bien?
--Lo intentaré.

De nuevo se hace el silencio. Su mano todavía acaricia mi mejilla con suavidad, como si fuera a romperme, como si fuera a hacerlo físicamente, porque está claro que emocionalmente, me acaba de derrumbar. De nuevo suspiro, negando con la cabeza, tratando de recuperar la compostura.

--Creo que me voy a ir-digo finalmente.
--Marth...-susurra algo dolido.
--Necesito...despejarme un poco ¿vale? Luego nos vemos-respondo mientras me levanto de la cama, sintiendo como se me acaban las fuerzas y no seré capaz de aguantar sin venirme abajo por mucho más tiempo.

Antes de que pueda salir de la habitación, él coge mi mano y hace que me detenga. Antes de que pueda quejarme, de que pueda pedirle que me suelte, me gira hacia él. Y antes de que pueda pedirle que deje de hacerme esto más difícil, él une sus labios a los míos de manera breve, dulce y dolorosa. Las primeras lágrimas ya empiezan a salir de mí. Reúno toda la fuerza de voluntad posible y me separo de él. Sin esperar a que pueda decirme algo, salgo de la habitación, y segundos después de su casa.
Camino rápido por la calle, abrazándome a mí misma a causa del frío que siento tanto dentro, como fuera de mí. Pienso en distraerme con algo, al menos hasta llegar a casa, hasta estar sola y no en medio de la calle para ponerme a llorar como una descosida.
Abro twitter de nuevo encontrándome con esas fotos de "Ane y Niall" que todavía dudo que sean reales, más el añadido de algunas nuevas, según dicen, de esta misma mañana. Ambos dos en la puerta de la casa de mi mejor amiga (¿eso no es invasión de la intimidad?) él todavía en traje, el mismo con el que se supone que salió ayer, y ella en pijama. Debo admitir que si son edits son bastante reales, por no decir exactos, ya que sé perfectamente que ese es el pijama de Ane, tan claro como que yo se lo regalé. Miro confusa las fotografías, tratando de ver algún fallo garrafal (como una mano que no encaje, luces distintas, cambio de color en alguna parte donde ellos se unen...) pero nada, parece que todo es...normal, que es una foto de verdad, y que ellos...pues se han besado esta mañana en las puertas de su casa, con todo el cariño y la dulzura del mundo.
¿Será posible que haya pasado algo entre ellos y Ane no me lo haya dicho? Al fin y al cabo, ya sé que no es sincera conmigo al 100%, pero oye, que salir con Niall Horan es algo muy importante, y algo que se sabe al minuto cero, que no se puede ocultar, y menos a una mejor amiga. Antes de que pueda tan siquiera salir de twitter, veo como aparece una foto tonta que me hice con la aludida hace tiempo y de inmediato sé que me está llamando. Lo cojo extrañada, ya que ella no suele llamar si no es por algo realmente importante.
Me planteo que tan siquiera la voz vaya a salir de mí.

--¿Ane?-pregunto, en efecto, con apenas un hilo de voz.
--¿Te he despertado?-pregunta, con un tono de voz bastante más alto y potente que el mío, casi puedo jurar que está cabreada, bastante además.
--No...no me has despertado-susurro.
--¿Pasa algo?-su voz se suaviza visiblemente, denotando preocupación-¿Ha pasado algo?

Me tengo que detener en medio de la calle, agradeciendo que no haya demasiada gente. Limpio las lágrimas silenciosas que en algún momento han empezado a deslizarse sin mi permiso por mis propios mejillas. Aprieto los brazos en mi propio cuerpo y de nuevo, trato de no romperme en mil pedazos donde todo el mundo puede verme, donde podrían hacer fotos y sin lugar a dudas, llegar a la conclusión de que Harry y yo ya no estamos juntos.

--He roto con Harry.



No hay comentarios:

Publicar un comentario