I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

lunes, 28 de enero de 2013

Capítulo 1. ¿Cómo se han enterado?

Narra Martha.
Me arreglo y salgo de casa. Me dirijo a la panadería lo más rápido que puedo porque necesito verle, estar con él, aunque él a mí no me vea de la misma forma, y para él tan solo sea una amiga. Le veo a lo lejos, con sus rizos castaños desordenados, cayendo de forma adorable en torno a su preciosa cara, en la que sus grandes ojos verdes relucen como esmeraldas a pesar de que esté nublado, como es normal en Londres. Salgo corriendo hacia él, con una gran sonrisa en mi rostro.

--¡HARRY!-grito mientras salto sobre su espalda.
--Hola-responde con voz extraña, casi fría.
--¿Qué te pasa?-pregunto bajándome de su espalda.
--Nada.
--Venga Hazza cuéntame, siempre me lo has contado todo, somos amigos.
--Ese es el problema.
--¿Problema?-pregunto totalmente perdida.
--Si, no quiero volver a verte, quiero que te alejes de mí, no vuelvas a hablarme, no quiero que seas ya mi mejor amiga, nunca más.

Se da la vuelta como si nada y se va.
No puedo creer lo que me acaba de decir, es...imposible. No quiero que se vaya de mi lado, le necesito, no puedo vivir sin él. Noto como las lágrimas corren por mis mejillas, para colmo empieza a llover.
Mi mundo se desmorona por completo, estar junto a él es lo único que me importa, estar con él, sonreír con él, divertirme con él, salir de fiesta o simplemente a dar una vuelta, solo necesito que él me sonría, para que yo sea completamente feliz, pero ahora...no volverá a sonreír ni a estar conmigo, ni aunque se lo suplique...
Después de unos minutos parada en medio de la calle mientras la lluvia me cala hasta los huesos. Alguien pone una chaqueta sobre mis hombros, me doy la vuelta, esperanzada con que sea Harry, pero es Javier, Javi, el hermano de Ane.

--¿Qué haces aquí en medio?-pregunta extrañado.
--Nada-digo mientras sigo llorando.
--¡Eh! ¿Qué pasa?-dice dándome un abrazo.
--No es nada.
--Espera, ven conmigo y hablas con mi hermana, creo que habla de estas cosas mejor que yo-dice antes de poner un brazo por encima de mis hombros.


Vamos andando hasta su casa, lentamente sin ninguna prisa, mientras la lluvia nos empapa, aunque sin Harry, no me importa absolutamente nada el qué me ocurra, por mí que me atropellara un coche ahora mismo, no sé qué hacer sin Hazza, él es absoluta y totalmente todo, mi vida, mi aire, mi felicidad, todo...


--¡ANE! ¡BAJA! ¡CORRE!-grita Javi desde la entrada.
--¡JODER! ¡QUE PUTO PESADO ERES HIJO MÍO!-grita la otra en respuesta bajando las escaleras-¡Ah! Hola Marthi, ¿qué pasa? Estás empapada.

Mi respuesta es llorar, ya que no puedo hacer otra cosa, no siento nada más que tristeza al no estar con él...
--Oye, oye, oye ¿Qué te pasa?-pregunta antes de darme un fuerte abrazo.
--Harry...-intento explicarla pero me interrumpe.
--¡Oh! La única palabra que necesitaba oír-dice mientras va a la entrada y coge su chaqueta.
--¿A dónde vas?-pregunta Javi.
--A cruzarle la cara al imbécil ese, que ya va siendo hora de que alguien lo haga.

No da tiempo a que la responda. Sale de casa dando un portazo.

Narra Ane

Salgo cabreada de casa. Ese chaval tiene una guantazo en la cara bien dado, ¿hacerle llorar a mi pequeña? se lo ha ganado.
Es que es totalmente imbécil, enserio, ella siempre con él, apoyándole hasta en las cosas más estúpidas, solo porque le quiere por completo, mientras él no se da cuenta, porque es TONTO con todas las letras, ¿Cómo no se da cuenta? si ella solo está como tonta tras de él, no se la cae la baba por poco.
Cruzo la calle y ando un par de casas más hasta llegar a la del "chulo playa" como suelo llamarle yo, llamo enfadada a la puerta con el puño cerrado, abren al poco tiempo.

--¿¡PERO QUE PROBLEMA MENTAL TIE...?!-comienzo a gritar, pero me callo al ver que Harry está llorando.

No solo eso, tiene los ojos rojos e hinchados como si hubiera llorado durante mucho tiempo, eso hace que se me quite el enfado, no puedo ver a nadie llorar, por muy idiota que sea este chico.

--Oye ¿qué te ocurre? ¿por qué lloras?-pregunto preocupada.
--No me ocurre nada, no estoy llorando-dice pasando una mano por su mejilla-¿qué quieres?-dice borde.
--Venía a partirte la geta, pero no me gusta ver llorar a la gente y menos a un pequeñajo.
--¿Pequeñajo?-pregunta extrañado.
--Soy dos años mayor que tú, así que eres un pequeñajo, ahora dime que te pasa.

Sé perfectamente lo que le pasa; ella llora porque él la habrá dicho algo, él llora porque le duele haberla hecho daño. Conclusión: ambos se gustan, está más que claro. Vaya par de idiotas que son los dos.

--No es nada, ¿vale?
Me va a cerrar la puerta en las narices cuando le interrumpo.

--Es por Martha-digo haciendo que se detenga y deje un poco abierta la puerta-es por ella, ¿cierto?
--¿Qué te hace pensar eso?
--No me lo cuentes si no quieres, pero podría ayudarte, y ten por seguro que no se lo mencionaría

Me doy la vuelta para irme a casa.

--¡SÍ, SÍ ES POR ELLA!-me grita.


¡Lo sabía!-pienso con sonrisa vencedora.

--Lo sé-digo dándome la vuelta.
--¿Lo sabías?-pregunta sorprendido.
--Todos lo saben, todos...menos ella.

Me invita a pasar a su casa de forma silenciosa. Como un caballero me ayuda a quitarme la chaqueta y la deja apoyada en el mueble de la entrada. Sube despacio las escaleras hacia el piso de arriba y yo tras él, aún en este silencio, que no nos abandona, ya que no somos amigos, ni siquiera nos llevamos bien, pero por alguna razón me da lástima que esté así, quizás porque tiene cara de niño adorable, con esos hoyuelos y esa sonrisa de niño bueno, aunque ahora no haya rastro de ella y tan solo haya dolor en su cara. Se sienta en la cama despacio, con la cabeza gacha, esperando a que le acompañe para poder conversar de alguna forma. Me siento junto a él, esperando a que me diga algo, ya que no sé qué decirle, ni como, somos prácticamente desconocidos. Todo silencio hasta que él suelta sin más:

--¿Y cómo se han enterado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario