I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

jueves, 31 de enero de 2013

Capítulo 4. No puedo vivir sin ti.

Narra Martha.

--No, yo...-trata de decirme ella, con cara de sorpresa al verme frente a la puerta.

Mejor dicho, trata de engañarme, de soltarme alguna estupidez, alguna mentira, cuando seguro que se ha tirado a Harry por toda la cara. No quiero oír más explicaciones sin sentido.

--¡ERES INCREÍBLE!-grito enfadada.
--¿Yo? ¿Yo soy increíble? ¿Yo me he besuqueado en sus narices cuando venía arrepentido con una flor a pedirte perdón? ¿Yo le he hecho llorar durante horas? ¿Enserio? Pensé que esa habías sido tú-dice con dureza, como ella habla la mayoría de las veces y más aún cuando se la grita, por lo que yo tan solo muerdo mi labio inferior, ya que no se qué responder.

Yo... ¿le he hecho llorar? Joder, joder, joder. No me extraña que quisiese que me alejara de él, soy lo peor, ni siquiera sé como no me nadó a la mierda antes.

--Solo...quiero hablar con él ¿vale?-digo en voz baja, mirando al suelo.
--No creo que quiera después de lo que ha visto-responde ella manteniendo la seriedad.
--Quiero pedirle perdón...

Solo intentarlo al menos, pedirle perdón y... si después de eso no quiere verme más, tan solo me alejaré como él quiere, pero... al menos debo de intentarlo.
Ella resopla antes de contestarme.

--Está arriba-responde sin más, dejándome un espacio para que pase a casa, cosa que hago de inmediato-Está muy sensible, habla con cuidado y no sueltes alguna burrada.
--Lo intentaré...
--Anda sube a reconquistarle-dice con una pequeña sonrisa, dándome un abrazo.

Mi amiga me da una sonrisa de confianza, de apoyo, eliminando cualquier rastro anterior de hostilidad y enfado. Es lo bueno de nuestras peleas, no duran ni diez minutos.
Cojo aire para tranquilizarme y medir mis palabras correctamente, antes de subir con rapidez las escaleras hasta llegar a la habitación y quedarme frente a ella. Solo es Harry, solo es Harry me repito a mí misma para que los nervios no me jueguen una mala pasada. Doy un par de toques, esperando a su respuesta, con los nervios a flor de piel.

--Pasa-oigo que dice desanimado, con voz rota por completo.

Abro despacio la puerta para ver como está con la cabeza gacha sentado sobre la cama, sin apenas mirarme, por lo que aún debe de pensar que soy Ane. Muerdo mi labio nerviosa, trago mi orgullo y me dispongo a hablar con él.

--Hola-digo simplemente.

Él alza la mirada confundido, dejándome ver sus ojos rojos de llorar, cosa que hace que mi corazón se encoja apenado y culpable, pero aunque estén rojos, se ve enfado al verme o quizás sea dolor, puede que ambas cosas.

--Oh...¿qué quieres?-pregunta algo borde, levantándose de la cama como si tal cosa.

Camina con las manos en los bolsillos hacia mí, pero quedándose a una gran distancia, sin mirarme a la cara, tan solo pasea su vista por las paredes de la habitación. Dicen que lo contrario al amor es la indiferencia, y solo de pensar que se está comportando conmigo de esta manera, cada vez tengo más claro que no le importo, al menos de esta manera.

--Lo siento-digo en apenas un hilo de voz, con voz ahogada por el nudo que siento en mi garganta.
--Acepto tus disculpas-responde rápidamente, pero sin sentimientos y sin mirarme aún a la cara-Ahora ve con tu novio-dice escupiendo las palabras.
--No es mi novio-respondo muy segura, de nuevo, mi labio inferior mordido por los nervios-Yo...estoy enamorada de otra persona...-admito-
--Bueno, pues ve con él, a mí qué más me da-dice manteniendo la dureza, pero falla fatalmente al quebrarse su voz en la última parte.

¿Eso es que está celoso? Y si está celosos es... porque en el fondo el importo ¿o no?

--¿Seguro que quieres que lo haga?-pregunto notando los latidos de mi corazón descontrolados.
--Si, corre a por él, besuquéale, haz lo que quieras, no me importa-responde en voz baja, aún sin mirarme, pero desde aquí puedo ver como una pequeña y cristalina lágrima cae de sus preciosos ojos esmeralda.

¿Quiere que vaya a por el chico que quiero? Dicho y hecho.
En dos pasos rápidos me acerco a él y antes de que pueda hacer o decir nada, me tiro a sus labios, quedando mis manos detrás de su nuca, enredándose con sus castaños rizos que tanto me gustan.
Chispas, mariposas, fuegos artificiales y hasta una estampida de rinocerontes, todo ello siento en mi estómago al sentir sus finos y delicados labios sobre los míos, a la vez que me parece flotar al sentirlo tan cerca y colarse por mi nariz su precioso aroma.

--Harry-digo en voz baja, apenas separándome de él, obligándole a que me me mire a los ojos, ya que soy lo único que tiene justamente delante-Te amo-digo del tirón sin apenas creerme que esas dos palabras hayan salido de mi boca-a ti, solo a ti, por y para siempre-añado con seguridad, ya que es lo único que realmente siento-quiero estar siempre contigo y siempre lo he querido, desde que nos conocimos, desde que eramos niños-digo en un susurro, finalizando mi pequeño discurso sobre mis sentimientos hacia él, pero éste no me responde solo me mira con fijación, clavando sus ojos en los míos y haciendo que me sienta un poco intimidada bajo su penetrante mirada-Harry dime algo por favor-le pido asustada, pero él sigue sin decirme nada-¿Harry?-pregunto confundida.

Él se separa de mí despacio, da un par de pasos a mis espaldas, aún sin una palabra por su parte.
Perfecto, absolutamente perfecto, solo... han sido películas que me he ido montando todos estos años sobre que había una pequeña posibilidad de que me pudiera querer, pero parece que no, que era solo eso, estúpidas fantasías de mi desesperada mente.
Me doy media vuelta tratando de que las lágrimas no desborden de mis ojos, dispuesta a salir por la puerta, pero algo me lo evita, más bien alguien, ya que él, mi Harry, MI Harry, coge mi muñeca y hace que me pegue a su pecho con fuerza. Me acaricia la mejilla derecha con sutileza y una pequeña sonrisa formada en su cara, antes de dejar unidos nuestros labios de nuevo, de manera corta y tierna, delicada, pero aún así especial, eso sin dudarlo.
Cuando nuestros cuerpos piden desesperadamente coger algo de aire, él se separa lentamente, dejando nuestras frentes pegadas, nuestras narices rozándose con cuidado y nuestros labios a apenas unos milímetros de distancia, llamándose para estar de nuevo juntos, ya que es así como debieron estar desde hace tiempo.

--No te vuelvas a separar de mí, nunca, por favor no puedo vivir sin ti-me susurra a modo de súplica, antes de juntar nuestros labios de manera fugaz.
--Nunca lo haré-le prometo con una sonrisa.

Sus labios se curvan en uno de sus espectaculares sonrisas, mostrando sus perlados y alineados dientes y sus adorables y perfectos hoyuelos que suelen dejarme sin respiración.
Apoyo mi cabeza en su hombro, al tiempo que sus brazos se colocan en mi espalda, rodeándome con cuidado, creando así el momento más perfecto que en la vida podría pensar de no ser porque oigo cuchicheos al otro lado de la puerta.

--¿Qué estarán haciendo?-reconozco la voz de Ane, increíblemente curiosa.
--Seguro que dándose besitos-responde adorable Nerea,. ¿Qué hace aquí?
--O cosas peores-oigo una voz más autoritaria y algo molesta.

Espera... ¿esa es mi madre? ¿Cómo ha llegado aquí? Mejor dicho, ¿por qué Ane las ha llamado para que vengan? Para qué pregunto, si la respuesta es : Para poder cotillear las cuatro juntas como marujas que son.

--No lo creo mamá, es pequeña aún-y la que faltaba mi otra hermana.

Oigo la risa baja de Harry, ya que supongo que él también las oye. Me separo de él, resoplando algo molesta porque no haya ni medio minuto de intimidad entre nosotros, y me muevo hasta la puerta, la cual abro, haciendo que ellas caigan de sopetón, unas sobre otras, como en las películas.

--Sois peor que las marujas-digo intentando parecer seria, pero no puedo evitar reír, me hace mucha gracias la escena.

Por el contrario Harry está algo sonrojado, supongo que porque nos hayan escuchado nuestras palabras algo melosas, pero bonitas al fin y al cabo, al menos para nosotros.

--No...no estábamos escuchando-se apresura a decir Ane, levantándose del suelo.
--Pero si lo hacíamos ¿no?-dice inocente mi hermana pequeña.
--No, ¡que va!a mi que me van a importar tus rolletes tontos!-exclama Natalia hasta molesta porque la acuse de tal cosa, antes de darse media vuelta y largarse de aquí como si nunca hubiera pasado nada.
--Entonces ¿Quién es tu novio?-pregunta mi madre entre confusa y cotillas.
--Él-respondo cogiendo la mano de Harry y entrelazando mis dedos con los suyos-solo él-aseguro.
--¿Y Josh?-pregunta con una ceja alzada, cuestionándome con la mirada.

Noto a Harry ponerse tenso antes ese hecho.

--Es mi amigo-respondo muy segura.
--Pero tú y él...-insiste mi madre, pero la interrumpo para no hacer sentir peor a Harry.
--Mi amigo, solo eso.

Ane me mira pidiéndome explicaciones con la mirada, pero yo tan solo las echo de la habitación con algo de dificultad. Suspiro al conseguir cerrar la puerta con ellas fuera y veo la divertida sonrisa de Hazza.

--¿Solo yo?-pregunta con una ceja alzada y una sonrisa ladeada, dando un par de pasos hasta quedarse pegado a mí.
--Solo tú-confirmo imitando su sonrisa.

De nuevo llevo mis brazos a su alto cuello y allí lo rodeo con cariño. Una mirada de inocencia y complicidad, de cariño, de una amistad que poco a poco se va extinguiendo para ser sustituida por el amor que desde un primer momento sentimos.
Sus labios rozan los míos algo indecisos y vergonzosos, lo que provoca una sonrisa divertida en mí antes de unirlos de manera increíble, como siempre debieron estar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario