I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

miércoles, 30 de enero de 2013

Capítulo 2. Tanto que me duele.

Narra Ane.
--Dios mío Harry, se nota como la hablas, como la miras, como...la sonríes, hay que estar ciego para no verlo. Además, no lloraría por ella si no sintieras algo más fuerte.
--Es...solo..que es mi mejor amiga y...
--Está enamorado de ella.
--¡No! digo, ¡si!, no lo se...-dice desesperado pone las manos tapándose la cara-estoy hecho un lío..., ¿cómo crees puedo saberlo?-pregunta mirándome extrañado.
--Veamos...sonríes cuando estás con ella, te brillan los ojos...¿te pones nervioso si hablas con ella?
--Si, bastante, hay veces que la veo sonreír y no me salen las palabras, yo creo que pienso que soy tonto-dice nervioso.

Eso hace que ría por lo bajo, este chico no es tan estúpido como yo pensaba, es más tierno de lo que parece, eso sin duda.

--Mmm...¿sientes...?¿cómo decirlo? siempre se ha dicho que cuando estás enamorado sientes...
--¿Revoloteos en el estómago?
--¡Sí! ¡Eso mismo! ¿Los sientes?
--Tanto...que me duele...
--Aw que mono, estás muy enamorado Harry. Pero...¿Qué la has dicho para que llore y para que tú también estés así?
--Yo...solo quería aclararme y...esperar a que se me pasara esto, a dejar de sentir esto por ella y que volviéramos a ser amigos, como siempre, aunque la verdad es que siempre he sentido que no puedo ser más que su amigo y ahora...no puedo, no puedo seguir con esto...
--¿Y la has dicho que ya no sois amigos?-pregunto sorprendida.
--Pensé que...si me alejaba de ella podría olvidarla, pero solo ha sido peor, no puedo sacármela de la cabeza...
--Solo puedo decirte que hagas una cosa.

Él me mira con una ceja alzada, aún sus ojos verdes enrojecidos por las lágrimas.

--Cuéntaselo.
--No puedo ¿Y si no es correspondido?-la clara desesperación marcando su voz.

La verdad es que es frustrante ver lo ciega que es a veces la gente. Tanto por parte de él, como por la de ella.

--Inténtalo, merecerá la pena-digo con tono calmo, incluso podría decirse que dulce.
--¿Y si no me quiere?
--Si no lo intentas no lo sabrás, tírate a la piscina como se suele decir.
--¿Y si la piscina está vacía? ¿Y si me doy de bruces por lanzarme sin que esté llena?
--Pero no sabes si lo está.
--¿Y si...?-comienza a decir de nuevo, pero le interrumpo.
--¡Y SI NADA HARRY! ¡JODER QUE LO INTENTES TE DIGO!-grito levantándome de la cama de un salto, ya cabreada porque sea tan negativo.

Él se sobresalta, mirándome con los ojos bien abiertos por mi grito.

--Está bien, está bien, mañana la llamo y...
--¡NO, NO, NO! VAS AHORA A HABLAR CON ELLA! ¡ESTÁ EN MI CASA VAMOS!-digo mientras tiro de él.

Casi le tengo que llevar a rastras, es más cabezota que cualquier cosa, se queja como un niño pequeño y gimotea porque piensa que Marta no le dirá que también le ama, desde siempre.

--Por favor, no quiero, se reirá de mí...-me suplica mientras hago fuerzas para que se mueva de estar en medio de esta calle, con todo el frío que hace y el cielo amenazando lluvia de nuevo.

Paso de él, sin hacerle caso y le consigo arrastrar hacia una floristería que hay cerca.

--¿No me llevabas a tu casa?-pregunta extrañado, dejando de hacer fuerza y oponerse a que le lleve.
--Una declaración de amor sin flores o sin canción, mal, y me parece que no te da tiempo a escribir una canción de aquí a cinco minutos, así que vamos.
Compro una rosa roja, preciosa, como en las películas y se la doy a Harry, para que la lleve en la mano mientras yo tiro de él para llegar a casa.

--Vete pensando en lo que la vas a decir ¿eh? no te me quedes como un pasmarote en cuanto la veas-le advierto.
--Sí, sí...ya lo estoy pensando-murmura.
--A ver, que lo quiero oír.
--No-dice por lo bajo.
--Vamos, dime, quiero ver lo que la dices, soy su mejor amiga, sé lo que quiere y la gusta, te puedo ayudar-insisto.

Con las mejillas sonrojadas por la vergüenza me mira a los ojos, temeroso de que Marta le pueda rechazar, aunque difícil lo veo, sinceramente.

--Yo...-dice el pobre chaval cortado-yo...Martha...yo...te quiero-suelta sin más.
--Bueno, simple, pero eficaz y directo, eso sin duda. Supongo que valdrá y espero que se te ocurra algo más, porque vamos, vaya tela de declaración...

Llegamos a mi casa al fin, después de conseguir que se mueva a más velocidad y no tenga que tirar de él, parece decidido a hacerlo, por fin.
No puedo creer lo que estoy viendo...

Narra Martha
Oigo como llaman al timbre de casa. Javi baja a abrir. Oigo voces, masculinas. A los pocos minutos Javi vuelve.

--Han venido unos amigos ¿por qué no bajas con nosotros a ver una peli? Así te distraerás un rato-propone amable desde el marco de la puerta de la habitación de Ane, en la que me encuentro, sentada en la cama, esperando a que Ane vuelva y no haya matado al pobre Harry.
--Si, será mejor-digo mientras esbozo una sonrisa falsa.

Bajo sin mucha prisa, ya que no tengo ganas de hacer nada, sinceramente. Me encuentro a cuatro chicos más, mayores que yo, normalitos, ni guapos ni feos, son del barrio les conozco de vista, pero solo a tres de ellos, hay uno al que no había visto nunca, es...bastante mono; ojos negro azabache, pero sus ojos parecen...grisáceos, aunque supongo que serán verdes o azules, tampoco lo tengo muy claro, su sonrisa es totalmente...preciosa.

--Martha, estos son Dan, Jon, Sandy y Josh.

Josh...ese es el más guapo, me quedo mirándole, admirando su belleza y preguntándome cómo o porqué no le había visto antes.

--¿Martha? ¿Sigues aquí?-pregunta Javier extrañado.
--¿Eh? sí, sí-me apresuro a decir.

Nos sentamos en el sofá a ver la peli, apagan las luces, y parece que es de estas películas que no son de miedo, tan solo de sustos, pero sustos de los buenos. Josh se sienta a mi lado.
Apenas pasan dos minutos, y salgo un...algo de la nada, haciendo que pegue un bote asustada y con ello, que me pegue al chico castaño que hay junto a mí.

--Lo...siento-murmuro con total vergüenza, separándome de él con lentitud.
--No importa-responde con una cálida sonrisa.

La película sigue. Mientras, él y yo no parecemos prestar a otra cosa sino tan solo el uno al otro, con miradas espías y sonrisas involuntarias.
Me parece que el día no va a ser tan malo como pensaba, al menos de momento, supongo...

--Esta película me aburre-me susurra al oído de repente.

Me sobresalto sin quererlo. Siento como una sonrisa se extiende rozando mi oreja despacio, haciendo que me estremezca al sentir su ligero tacto.

--Y a mí, muchísimo-admito, tratando de ocultar mis nervios porque esté tan próximo a mí.

Me giro para poder hablar frente a él, encontrándome así con sus ojos castaños y esa sonrisa que ya daba por seguro que tenía. Trato de ocultar mi ligera incomodidad y mi gran nerviosismo al estar tan cerca de él.
Sin poder evitarlo, una imagen de Harry, también a esta distancia, con sus grandes ojos verdes en los míos, llega a mi mente, y de nuevo siento un nudo en mi estómago.

--¿Salimos fuera? ¿A tomar el aire?-pregunta con una sonrisa, también algo nerviosa
--Sí, claro-respondo en un susurro, mientras me levanto.

Él se levanta tras de mí, haciendo que todos nos miren, extrañados de que ambos nos levantemos.

--¿A dónde vais?-pregunta Sandy.
--Fuera un rato-responde Josh sin más.

Salimos al jardín delantero, en silencio, aunque tampoco sé que decirle. Sé que le acabo de conocer, pero...¿podría sentir algo por él? ¿así de rápido? ¿o es solo por despecho, para olvidar a Harry?
La verdad es que me da igual cuando siento como su cálida mano agarra la mía con timidez. Veo como se gira y me mira con una sonrisa tranquila. Se acerca un paso a mí, quedando su pecho prácticamente tocando el mío -más o menos, ya que él es más alto que yo-.
Me veo obligada a agachar la mirada, con el sentimiento de que estoy engañado a alguien, ¿pero a quién? Harry ha sido el que ha dicho que pase de él, no estoy haciendo daño a nadie.
Su mano libre acaricia con cuidado mi mejilla, agarrando un mechón de pelo que cae fuera de su sitio, y lo lleva a la oreja...tal y como hacía Harry.
Ya, deja de pensar en Harry. Él no quiere nada de ti me regaño mentalmente. Pero las cosas no van tan rápido. No se olvida tan rápido a alguien. No se olvida tan rápido a la persona que tiene tu corazón de la manera más completa jamás imaginada.Pero me tengo que obligar, me tengo que obligar a olvidarle en unas horas. Es lo correcto. Es lo que siempre debió ser.

--Te sonará extraño pero-habla pasando una mano por mi mejilla-yo creo que...

Cojo aire. Aparto esos ojos verdes que no dejan de mirarme en mi mente con clara desaprobación. Me acerco a él un poco más, prácticamente pegada a él-

--No estoy seguro pero ¿podría...-dice cada vez más en bajo mientras siento como agacha su cabeza hacia mí.
--Hazlo-susurro sin evitar que mi voz tiemble.

Doy por hecho que él toma mi nerviosismo como muestra de cariño hacia él, aunque es solo de culpabilidad por lo que voy a hacer.
Me hago un nudo en el corazón y me pongo de puntillas para alcanzar mejor. Sus labios llegan a los míos con un suave roce, sintiéndose cálidos sobre los míos. Y...y ya está. No hay más. No hay chispa. No hay amor. No hay Harry. Pero es lo que tengo que querer, porque al menos él me sacará de la cabeza a Harry.
No pienso en que apenas le conozco. En que no sé ni siquiera su edad, si es de aquí, lo que hace en su vida. No sé nada de él, pero me aferro a este beso como si fuera lo único que pudiera hacer.
Para cuando me separo, él me mira con una pequeña sonrisa, que la verdad no sé cómo interpretar. Dejo salir un suspiro, convenciéndome a mí misma de que esto es lo que necesito, lo que está bien, lo que me hará olvidar, cuando escucho un sonido parecido a un sollozo.
Me giro para ver a las dos personas que nunca pensé que vería: mis dos mejores amigos.
El sollozo proviene de Harry, ya que es de él de quien salen lágrimas por algún motivo que no comprendo, pero que tampoco me importa, no cuando siento la impotencia y el dolor de verle frente a mí.
A su lado se encuentra Ane, con una cara de "¿Qué coño haces?" que también ignoro, para poder poner los ojos en el chico castaño que frunce el ceño confuso al ver a la extraña pareja ahí de pie, a escasos metros de nosotros.
Veo como una flor cae de la mano de Harry hasta llegar al suelo, provocándome un pinchazo que remedio juntando mis labios con los de Josh de una manera quizñás demasiado brusca. Él me corresponde con algo de extrañeza.
Antes de que nadie pueda decir nada, agarro la mano de Josh y tiro de él por la calle opuesta a la que se encuentran Harry y Ane. No sin antes ver, como él se abraza a ella, escondiendo su cara en el cuello de la chica. Ésta acaricia su espalda y parece susurrarle algo que no llego a comprender.
Está claro que no tiene sentido alguno nada de lo que me rodea, empezando porque Ane y Harry de repente se lleven bien y acabando porque Josh no diga una palabra acerca de a donde vamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario